domingo, 26 de septiembre de 2010

2,000 horas de argumentación y entrenamiento en la Academia de la Magistratura

Hace poco revisaba algunos materiales que he producido en razonamiento, intrepretación, redacción, precedentes y litigación oral para la Academia de la Magistratura. Caí en la cuenta que desde 1996 no había parado de dar cursos y seminarios en virtualmente todos los distritos judiciales del país, a excepción de Cerro de Pasco (demasiado alto para mí) y Madre de Dios (hasta hace poco el acceso era muy complicado, hoy hay vuelos diarios). Más de 100 cursos a lo largo y ancho del país me han permitido conocer de primera mano, compartiendo con juezas, jueces y fiscales, la difícil situación en la que se deselvuelve el servicio judicial peruano. Así mismo, ha aumentado mi kilometraje argumentativo... ¡en más de 2,000 horas de formación judicial!

Pontificia Universidad Católica del Perú y la metodología del Derecho

Celebro y comparto hoy una larga relación académica y profesional con mi alma mater, la Pontificia Universidad Católica del Perú. En los años 80s sus profesores no sólo me encandilaron intelectualmente, sino que conocí a quienes serían años más tarde mi esposa y dos de mis principales amigos y socios. Además de entrenarme para ser abogado, la universidad me brindó la oportunidad de enseñar en pre y postgrado cursos sobre metodología y teoría del Derecho. 1990, 1991, 1992, 1993, y luego de una interrupción académica europea, 1999, 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010 son testigos de este fructídero vínculo no solo intelectual, sino vital. Para mí la vida del Derecho es, sin duda, la vida con los y las alumnas que se esfuerzan por aprender a ser buenos abogados.

Universidad San Martín e Interpretación Judicial del Derecho

Desde el año 2007 estoy vinculado a la Unidad de Postgrado de la Universidad San Martín de Porres, como profesor de interpretación y argumentación jurídica, tanto en la maestría de Derecho Procesal como en el Doctorado en Derecho. La Universidad me ha dado la oportunidad de trabajar en profundidad un curso de interpretación por temas y por autores, y disfrutar de la reflexión de alumnos maduros en sus diversas experiencias con la vida del Derecho.

martes, 31 de agosto de 2010

¿Litigación Oral según la nueva Ley Procesal Laboral?

En julio de puso en vigencia la ley 29497, nueva Ley Procesal Laboral. En ella se ha pretendido introducir audiencias que enfaticen la litigación oral entre las partes del proceso. He tenido que ver con el inicio de los procesos de capacitación, dirigidos tanto a abogad@s del sector público y privado en ESAN, como a magistrados de la Corte de Justicia de Tacna, primer ámbito jurisdiccional en que se aplica la nueva ley. Más recientemente, he dirigido seminarios en las Cortes de Moquegua, Arequipa y Cusco.

El problema recurrente para introducir la oralidad en el ámbito laboral es el siguiente: si la oralidad supone igualdad de armas y una acendrada neutralidad judicial ¿esto cómo se condice con la vocación tuitiva del derecho laboral en favor de los trabajadores? La propia nueva ley procesal otorga muchas facultades que el juez puede emplear de oficio como conductor del proceso, lo que puede generar un proceso sin audiencias orales que funcionen en la lógica de la litigación oral con igualdad entre las partes.

Coaching para ratificaciones judiciales y fiscales

En el III trimestre de 2010 he conducido 3 talleres cerrados de argumentación jurídica, destinados a grupos de 6 magistrad@s interesados en mejorar sus competencias y destrezas para transitar el proceso de ratificación del CNM. Han sido dos talleres presenciales en Lima y uno virtual con magistrados del Cusco, con una frecuencia semanal, por 8 semanas.

La experiencia ha sido interesante y gratificante. Hemos reflexionado juntos sobre el rol de la judicatura/fiscalía, las fortalezas necesarias para mejorar el nivel argumentativo y de gestión de despachos judiciales y fiscales, y hemos practicado estrategias argumentativas sólidas y transparentes.

Sin embargo hace falta más trabajo para mejorar el desempeño individual y las prácticas institucionales, aún lejanas de un estándar internacional de calidad y eficiencia.